El masaje deportivo tiene algunos objetivos en común con otras formas de masaje y es especialmente importante tener un conocimiento profundo de la anatomía y la fisiología. Mediante la comprensión de estos sistemas y los efectos del ejercicio, también podemos apreciar cómo el masaje puede beneficiar al deportista y se convierte en una parte integral del programa de entrenamiento del paciente.
Los deportistas que buscan mejorar el rendimiento adoptan un programa de entrenamiento para mejorar sus habilidades, fuerza, resistencia, flexibilidad y velocidad. El grado en el que se desarrollan y utilizan estas cualidades dependerá de otros factores, como el nivel de la competición y el deporte que se realiza para aumentar el nivel de formación y de este modo someter el cuerpo a un uso excesivo gradual y controlado.

Este uso excesivo puede crear problemas y desequilibrios en los tejidos blandos y si se ignoran se pueden volver crónicos y que su rendimiento puede verse afectado también. Ciertamente, si no son capaces de rendir al máximo, pueden tener un mayor riesgo de otras formas más traumáticas de lesión.
Entre sus beneficios está que es la terapia más efectiva para liberar la tensión muscular y restablecer el equilibrio del sistema musculoesquelético. Recibido regularmente esto puede ayudar a los atletas y a los practicantes de cualquier deporte a prevenir lesiones ya que la sobretensión puede conducir a tensiones sobre las articulaciones, ligamentos, tendones, así como los propios músculos.
Estos desequilibrios musculares generalmente no son diagnosticados hasta que ya son graves y por ello uno de los mayores beneficios del masaje deportivo es ayudar a prevenir lesiones.